sábado, 25 de octubre de 2014

Informe de caricias




N. C. Wyeth 


1
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen

2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada

3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria

4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tiene tacto

5
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia

6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación

 Mario Benedetti - Uruguay (1920 - 2009)


Una caricia

miércoles, 22 de octubre de 2014

lunes, 20 de octubre de 2014

La espiritualidad de La Palmera


Este es uno de los caracteres más interesantes de la Belleza, el misterio.
Baudelaire


The almighty palm... www,facebook.com/loveswish



Compañera de los solitarios nómadas en las noches centelleantes del desierto, la palmera se encuentra entre la tierra y las estrellas. Un árabe sobre la palmera, la define como “los pies en el agua, la cabeza en el fuego”.
La palmera es el árbol de aquellos que buscan respuestas en su interior y miran hacia el cielo, hacia lo extraordinario, en busca de las que no encuentran en la tierra, en lo material. También sirve a quien quiere independizarse de otros o de sus propias limitaciones. 
Las ramas de las palmeras se asemejan al penacho del guerrero que se enfrenta a las más duras pruebas. Por su capacidad para crecer sin apenas agua, la palmera es un símbolo de florecimiento, subsistencia y renacimiento. Tiene toda la energía ardiente y poderosa, que va creciendo desde la base hasta que se inflama en una aureola de hojas y frutos.
Al apoyar las manos en el tronco de una palmera, respira pausadamente, con los ojos cerrados. Notarás una sensación de ligereza, de liviandad, de ascensión hacia lo eterno
Al rozar la palmera, apoya las manos suavemente y déjate llevar por su movimiento, mientras respiras profundamente. Percibirás una sensación de elevación que te reequilibrará física y emocionalmente.
Después, procura esperar un poco antes de separarte de ella, ya que la energía que se ha desplegado en tu interior, especialmente en la zona de la cabeza, puede producirte cierto mareo. Entonces, nada mejor que unas cuantas respiraciones profundas, antes de alejarte de la palmera…
Finalmente, una vez te hayas separado del tronco, a la distancia hasta donde llega su sombra al atardecer, podrás observar su aura de sutil color malva, símbolo de la interiorización más elevada del espíritu.
Sabia y penetrante, la palmera usa los mensajes del espíritu para enaltecer a todo aquel que se acerca a ella con los brazos y la mente abiertos…
Pero se oculta o rechaza, de mil maneras, a aquellos que han perdido su capacidad de conmoverse con lo mágico.
(“Espiritualidad, de Raúl Ros, publicado en “La sombra de los árboles”, de la Generalitat Valenciana).

A todos los buscadores de oasis

viernes, 17 de octubre de 2014

Sinfonía de Otoño

The Journey Elizabeth Shippen Green (1871–1954)



Todos hablaban en voz baja, mientras su rostro dormido gritaba de ella con más intensidad que nunca.
Allí tras el cristal se apreciaban con claridad concavidades y ángulos conocidos, familiares. Tan intensamente que en algunos momentos me hicieron estremecer. 
Allí en ese frío lugar donde se yace fuera de toda dimensión corporal y suspendidas en el aire aparecían desnudas las emociones puras, las palabras y muchas escenas de vida. 
Y quedaron lejanas, paisajes, voces de otro tiempo vivido que llegaron y me asaltaron sin pedir permiso.
Mari descansó por fin después de un largo y pedregoso camino y hoy se merece mi recuerdo y mucho más.
Emprendió un viaje, con billete reservado desde hacía tiempo,  en zona de fumador, donde la puede acompañar para siempre su viejo e inseparable pitillo humeante.
Parecía sola, pero yo tuve la certeza ese día que ya no lo estaba. Permanecen a tu lado tantos rostros que me acompañaron, tan queridos y ahora invisibles a los ojos pero siempre presentes.
Los que estuvimos junto a ella en la despedida besamos su rostro por última vez y  la contemplamos con la tristeza y el respeto que impone la muerte.
 Es curioso, ella que siempre prefirió vivir a la sombra, este día llegado del destino la convirtió por unas horas en protagonista.
Y la memoria de infancia regresó y me encontró en las horas de obligada siesta en una habitación con mis hermanos,  siempre a nuestro lado, cariñosa, juguetona, natural, con ese aire indómito que la hacia diferente a los demás. Sus cosquillas en la espalda, (con diferencia), mis preferidas como sus fideos con hierbabuena. 
No tenía que hacer nada especial para que la quisiéramos tanto, sólo existir, nos gustaba así tal y como era,  joven, rebelde, limpia, con su pelo corto de una negrura eterna, alejada de todo tipo de vanidad, sin maquillaje. La adolescente que nunca crece a los ojos de un niño y esa rebeldía la coloca en el peldaño de medalla de oro entre todas las tías de nuestra infancia. 
 Su bondad y ese inmenso amor que no precisa de palabras para expresarse. 
Hoy por fin junto a esta luz dorada de este atardecer me lanzo a extraer de nuevo mis pensamientos.
Intentando aprender a desentrañar ese gran misterio que se esconde detrás de esa luz que tantas veces he visto atrapada entre la espuma de las olas o cuando la veo aparecer detrás del horizonte,  quizás allí resida la explicación a lo inexplicable.
 Quiero apartar esa gruesa manta de tristeza que ha cubierto su imagen en los últimos años de vida.
Quiero darle la despedida que merece. No con amargura, por eso elijo, para que aparezca otra vez ante mis ojos tan pura y auténtica como la conocimos y empiezo a entender que la vida sigue para los que quedamos tan intensa y delicada como siempre.
Decido quedarme y me quedo con los más bellos recuerdos,  hubo tantos. 
Decido no olvidar lo que la he querido, su grandeza escondida y todo lo hermoso que había en ella.
Eva

(Dedicado a la memoria de Mª Carmen Campos Girbes)


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