El espacio del cuarto no era suficiente para volar.
Garous Abdolmalekian
Me quería quedar,
pero fui.
Quería ir,
pero me quedé.
No fue importante ni ir ni quedarse
Lo importante fue que yo
no estuve Garous Abdolmalekian
Se mueve tu vestido al viento.
Esta es la única bandera que me gusta. Garous Abdolmalekian
Qué más da,
yo me enamoro de ti
o tú te enamoras de mí.
Qué más da
de qué lado del cielo sale el arco iris Garous Abdolmalekian
De las miles de mujeres
que mañana bajarán del tren
solo una es hermosa,
las demás son pasajeros
Abbas Saffari
Hay un hombre en el camino que no sabe si está yendo o regresando.
Un hombre que es el mismo camino que te lleva y te trae de regreso.
Hay un hombre en el camino que sabe que tú pasarás por él.
Hay un hombre en el camino, esperando a una mujer…
una mujer que no sabe que está pasando por el hombre.
Pouria Alami
Sólo tú entiendes
la soledad de un árbol solo
en un desierto
ya que has visto el bosque
Alireza Roshan
Cuando se apaga el brillo de tus ojos, el té también se pondrá frío…
Cuando se cierren tus párpados, la luz y el color del sol se quedarán detrás de la ventana…
entra el frío en mí…
Cuando se mojen tus pestañas de lágrimas, me llegará la hora de sufrir, de atormentarme…
Si no me tratas bien, si me ignoras, si tus pestañas se mojan de lágrimas, si no me hablas, si se quedan cerrados tus párpados, si se apaga el brillo de tus ojos… mi mundo se volverá gris…
Pouria Alami
No está mal
la guerra.
Yo fracasaré
Tú me conquistarás
Shams Langroodi
Las imágenes son obras del pintor Iman Maleki Iman Maleki nació en Teherán en 1976 Está considerado actualmente el más grande pintor realista de Irán .
Como es tan inteligente y cariñoso se quedó con el beso más apasionado del cine,
Clark Gable y Grace kelly en Mogambo, desde ese día, Max que es todo un seductor sentimental, tiene pillado su momento romántico, se trata de una hora concreta de la tarde, en la que encuentre sentado, tranquilo y abstraído en sus pensamientos alguien de la casa. No hace distinciones de sexo o edad. Sólo pone como condición que le quieras.
El semáforo se pone en verde para el perro más amoroso y sentimental cuando te ajustas a sus requisitos. Es el momento de para lanzarse a la conquista y darte una pequeña muestra de todo su amor pasional.
Se aproxima sutilmente mientras hace oidos sordos a tus no, no, no...., claro, piensa que el rechazo es fingido como lo hace Grace, así que esta resistencia no es más que un aliciente y sólo reafirma su conducta de Don Juan.
Primero te mira fijamente, con una mirada de auténtico conquistador que es difícil de definir. Seguro de su irresistible atractivo. Contiene todos los ingredientes arrebatadores necesarios para seducir. Es penetrante y apasionada. Después de escuchar tantas veces lo guapo que es, hemos afianzado su autoestima. Ha aprendido muy bien la lección mirando las películas de amor y ahora lo lleva a la práctica. Levanta una de sus patitas y la apoya en tu hombro mientras con la otra intenta aproximar tu cabeza hacia él, y con un giro de la suya se va acercando lentamente para darte su beso a lo Clark Gable que en casa ya hemos bautizado como"beso de rosca". No quieres ofenderlo, ni herir sus sentimientos, así que después de apartarlo con brusquedad y del ataque de risa que te provoca, te sientes mal y le explicas que eso no se hace.
¡Nadie quiere besar a un perro!, por eso le acaricias la cabecita, para que entienda que el mundo real no es igual que el del cine. Confunde tus gestos y los ve como intentos de coqueteo, sabe que un galán como él tiene armas infalibles e irresistibles, así que continúa mirándote con esa mirada romántica y arrolladora, a la que cuesta un gran esfuerzo convencer. Lo intenta todas las veces que haga falta, hasta que la exasperación te lleva imperativamente a levantarte del sofá en el que intentabas encontrar un poco de paz y descanso, y esperas a que vuelva a su cesta y que le pase el enamoramiento.
Confiemos en que no halla aprendido más cosas de la película y ahora le de por fumar y disparar.
Deseo de corazón que algún día encuentre a su Ava Garner
Charlie hablaba y hablaba; yo, separado de él por millares de años, consideraba los principios de las cosas. Ahora comprendí por qué los Señores de la Vida y la Muerte cierran tan cuidadosamente las puertas detrás de nosotros. Es para que no recordemos nuestros primeros amores. Si no fuera así, el mundo quedaría despoblado en menos de un siglo.
Rudyard Kipling
El internado se convirtió en su casa hogar por un "tiempo indeterminado".
Los únicos vagos recuerdos que conserva entre tantas horas detenidas corresponden a las meriendas en el patio, el sabor del pan blanco con chocolate negro, el único estímulo semejante al espejismo. Cuando el bordado en la ropa pierde su verdadero encanto. No sirve para embellecer, su función es enumerar y distinguir. Manos y voces con hábito, sin nombre ni rostro.
Horas interminables, donde la lectura pierde su hechizo cuando deja de ser una opción voluntaria para convertirse en rutina obligada y donde los relojes nunca giran a tu favor. "-Si conocieras al Tiempo tan bien como lo conozco yo –dijo el Sombrerero-, no hablarías de matarlo. ¡El Tiempo es todo un personaje!… El Tiempo no tolera que le den palmadas. En cambio, si estuvieras en buenas relaciones con él, haría todo lo que tú quisieras con el reloj” Ahora, pasado el tiempo comenzaba a desentrañar el significado de aquel mensaje que escondía el cuento. Sin duda, ella por ese espacio en el tiempo, no gozó de su amistad.
El aula fría al final de la tarde anunciaba cada día el regreso a pasillos infinitos. El vacío en el estómago y una larga habitación compartida donde sólo la emoción de los sueños tienen el poder de poner a salvo su cordura. Conteniendo las ganas de hablar, de llorar, de abrazar, de ser niña, de acostarse con la cabeza colgando en un sofá, del olor a comida caliente casera no aquella que olía a tomate frito de lata. Conocía la existencia de otra, la de verdad, aquella con aroma a cocina de hogar.
Nada era igual en aquel espacio donde se pierden los recuerdos de horas perdidas, sin sentido, donde su memoria selectiva , aquella que siempre la mantuvo a flote de la tristeza, sólo podía rescatar flashes débiles en blanco y negro.
La alegría desbordada en la hora de la despedida de monjas, compañeras. La prisa por dejar atrás cuanto antes ese mundo estrecho, frío, disciplinado, sin sentido donde ha conocido por primera vez la fuerza de la infelicidad.
El color, la imaginación y la vida regresando a su vida sólo con un gesto : "Atravesar una puerta cerrada".
Ahora volvía a saber como se sienten los que viven libres sin apreciarlo. Avanzó hacia el coche que la esperaba y al alejarse volvió por un breve instante el rostro, ahora que el tiempo volvía a recuperar su valor, no se podía desperdiciar en lamentos. Desde lejos se leía el nombre del colegio donde el tiempo le dio la espalda. Se prometió a si misma aliarse con él para siempre y todo regresó con más intensidad . Una lección entre todas con la nota más alta del curso, el importante valor de la añoranza. Llegaron a casa. Sólo escuchaba el sonido de los pájaros que sobrevolaban el inmenso cielo de ese día. Notó que estaba cargado de aire limpio y pureza después de la lluvia. Eva
Todo se detiene cuando desde el fondo de un pasillo se aproxima "Alicia bebé".
El desenfreno de lágrimas y la felicidad llegan acostadas en una cama de hospital, que guía diestramente las manos de un celador.
Alguien advierte que llega el momento, y el bullicioso grupo que la espera respeta por primera vez en horas el cartel que sugiere silencio. Hay que dejar paso a la maravilla. Está justo ahí, en el centro de este hueco cóncavo que se forma al instante.
Un rostro chiquitito se manifiesta por primera vez. La respuesta después del largo suspense llega envuelta en una manta, la rodean con cariño los brazos de su madre que la intuían mucho antes de conocerla, y ahora le prometen protección y amor eterno.
Me estremece la mirada que lleva en sus ojos la belleza del anhelo alcanzado y busca los ojos de mi hermano que le devuelve el mismo amor.
A su alrededor cuerpos y cabezas se amontonan formando una nueva estructura –puzzle– montaña humana que se encadena sin dejar espacio vacío. La argamasa que les une está hecha de la misma mezcla de pasión, amor y fraternidad –son tantos y tan entusiastas cada pieza que la forman–.
Detengo y guardo uno más de mis momentos clasificados únicos inolvidables.
La apabullante fuerza de lo auténtico paraliza por un breve instante a quien tiene la suerte de vivirlo. Nadie habla, nadie respira, nadie pestañea, porque lleva impresa la magia y fragilidad del cristal más fino.
La mariposa más hermosa del mundo acaba de detenerse aquí, y yo siento como solo las palabras de Silvio pueden explicar este momento:
Jorge duerme profundamente y la habitación todavía permanece cálida y oscura. Salgo "intentando" hacer el mínimo ruido y por primera vez en mucho tiempo vuelvo a sentir una sensación peculiar, donde se funde el miedo y la felicidad.
Hace tiempo que me ocurre esta insólita particularidad. Encajo estoicamente las malas noticias y en cambio las extraordinarias y buenas me sacuden como un terremoto emocional y asombrosamente, me acobardan.
Reconozco en la luz de esta mañana "el momento", y comienzo a percibir el extraño temor. Intento reparar este efecto con el ritual que siempre me funciona.
Me preparo un café , acaricio a mis perros que todavía duermen placidamente en su cesto y enciendo una vela.
Mirar la llama mientras desayuno sosiega mi espíritu e invita a la armonía , pero hoy con los nervios casi invierto el orden: Enciendo a los perros, acaricio el café y me intento beber una vela. Mi torpeza corrobora que nunca, nunca, podría ejercer de médico o enfermera . Hoy me siento justo como no quería. muy, muy nerviosa, así que utilizo este espacio una vez más como terapia, y pido comprensión. Me domina el temor.
Subo a la terraza y respiro la frescura de esta mañana de mayo . Hace apenas unas horas aquí mismo, un crepúsculo sorprendente, de un rojo muy profundo, despedía el último día sin la pequeña Alicia, el azul intenso de esta mañana la acoge. Lo siento como el anuncio de la belleza que llega a casa. Pienso en las palabras de mi hermano: "curiosamente este mes de Mayo, que contiene desde hace tiempo una fecha triste, a partir de ahora se convierte en una fecha feliz".
Busco respuesta en este precioso amanecer, el vuelo de los pájaros me sorprende y me trae el mensaje
esperado.
Voy notando que compartir mi tensión y la emoción contenida en estas palabras que dejo aquí, me va dejando espacio suficiente para recibir con serenidad y valentía la nueva Ferrer que llega hoy al mundo.
Damos la bienvenida a un nuevo miembro en la familia. Seguro que no se asusta con nuestras voces, acostumbrada a su sonido a través de la piel. Esta mañana de Mayo es distinta. Acudimos a acompañar a los padres y presenciar sus primeros momentos. Nadie quiere perderse esta exclusiva.
Mi mente pasea por cada uno de los nacimientos vividos en esta gran familia y algunos otros, cercanos. Viajo por cada uno de ellos, disfrutando de tantos detalles que guardo en mi interior y comprendo la importancia de un día como este que quedará impreso en el recuerdo.
Del último nacimiento familiar nos separan catorce años, por eso la llegada de Alicia supone un giro de perspectiva.
Necesito otra taza de café.
Dentro de pocas horas los dedos que ahora aprietan estas teclas, acariciarán esa nueva piel. Me preparo para la fuerte emoción y el debate inevitable sobre el parecido.
Llega la hija-hermana-nieta-sobrina-prima-Ferrer-muñeca-princesa-bailarina-tesoro-un milagro más en la familia.
En mi casa, cuando riego las plantas o les limpio las hojas o les pongo tierra nueva, siento que ellas reviven esplendorosas como agradeciéndome lo que hago por ellas; pero lo que mis plantas no saben es que yo hago eso para agradecerles el esfuerzo que hacen por purificar el aire y embellecer la vida.
Jose Saramago
Kenneth Frazier
George Moustaki falleció ayer en Niza a los 79 años, lo hizo a orillas del Mediterráneo que un día lo vio nacer en su lejana Alejandría.
Nos dejo joyas como esta y como las plantas de las que habla Saramago, le agradezco el esfuerzo que hizo por purificar el aire y embellecer nuestra vida.
Il y'avait un jardin
Esta es una canción para los niños
Que nacen y viven entre el acero
Y el asfalto entre el hormigón y el asfalto
Y que no sabrán jamás
Que la tierra era un jardín
Había un jardín que se llamaba la tierra
Brillaba al sol como una fruta prohibida
No, no era el paraíso ni el infierno
O todo lo visto u oído
Había un jardín, una casa, unos árboles.
Con una cama de musgo para hacer el amor
Y un pequeño arroyo corría sin una ola
Venía lo refrescaba y seguía su curso.
Había un jardín grande como un valle
donde morían todas las estaciones.
Sobre la hierba brillante o sobre la hierba helada,
Y descubrir flores que no tenían nombre.
Había un jardín que se llamaba la tierra
Era lo suficientemente grande para miles de niños Estaba habitada por nuestros abuelos
quienes lo tenían a su vez de sus propios abuelos. ¿Dónde está ese jardín donde nosotros hubieramos podido nacer?.
Dónde nosotros hubieramos podido vivir inconscientes y desnudos ¿Dónde está aquella casa con todas las puertas abiertas?
Caía la lluvia, el viento zarandeaba los árboles deshojados, y de tiempos pasados viene una imagen, la de un hombre alto y delgado, viejo, ahora que está más cerca, por un camino inundado. Trae un callado al hombro, un gabán embarrado y antiguo, y por él se deslizan todas las aguas del cielo. Delante vienen los cerdos, con la cabeza baja, rozando el suelo con el hocico. El hombre que así se aproxima, difuso entre las cuerdas de lluvia, es mi abuelo. Viene cansado, el viejo. Arrastra consigo setenta años de vida difícil, de privaciones, de ignorancia. Y no obstante es un hombre sabio, callado, que sólo abre la boca para decir lo indispensable. Habla tan poco que todos nos callamos para oírlo cuando en el rostro se le enciende algo así como una luz de aviso. Tiene una manera extraña de mirar a lo lejos, incluso siendo ese lejos la pared de enfrente. Su cara parece haber sido tallada con una azuela, fija aunque expresiva, y los ojos pequeños y agudos, brillan de vez en cuando como si algo que estuviera pensando hubiera sido definitivamente comprendido. Es un hombre como tantos otros en esta tierra, en este mundo, tal vez un Einstein aplastado bajo una montaña de imposibles, un filósofo, un gran escritor analfabeto. Algo que no podrá ser nunca.
(...) Pero la imagen que no me abandona en esta hora de melancolía es la del viejo que avanza bajo la lluvia, obstinado, silencioso, como quien cumple un destino que no podrá modificar.
Existe una edad distinta. Los años donde cohabitan las últimas sacudidas de infancia y asoman los primeros albores del cuerpo y la mente.
Si tienes la suerte de contar con hermanos mayores, juegas con ventaja. Sólo conviene estar atento, observar, admirar, deslumbrarte con los privilegios que comienzan a gozar e instruirte de sus errores, aunque esto no te redime de cometer otros nuevos con tu firma impresa. Atrapados en mitad de una situación que en algunos momentos te enfurece.
¡Ah!... y lo más duro de este peculiar espacio en el tiempo, tener la capacidad de "esperar" a que un día llegue tu momento.
Mientras, continuas formando parte del grupo de "los pequeños", esos que leen a escondidas el diario privado de la hermana mayor y participan en los juegos que hasta el momento te interesaban y ya comienzan a perder la magia del aliciente. Sigues jugando y obedeciendo las normas y horarios que te asfixian.
Un día de piscina es el equivalente a un día de contiendas por la resistencia bajo el agua, los saltos de trampolín, y el regresar a la toalla después de las competiciones, con los dedos arrugados de un color blanco amoratado, y tumbarse al sol, suplicando al cielo dos cosas: Crecer pronto, y que esa gran nube que se desplaza en el cielo no oculte el sol justo en el momento que más lo necesitas.
En el otro extremo de la piscina, justo a la distancia adecuada, lo suficientemente alejados de padres y hermanos pequeños, se reúnen en torno a la música los jóvenes, ese grupo fascinante que ha alcanzado el culmen de la independencia y la vida, y provoca en los más pequeños un sentimiento que se parece mucho a la envidia. Chicos y chicas mayores que viven su momento especial de juventud. Se trata de la pandilla de mi hermana mayor. Menuda suerte la suya, disfrutan animadamente sentados en la hierba con la música alta. Ríen, gesticulan, cuentan historias interesantes, y algunos hasta fuman. Todo lo que a una niña de trece años le parece sin duda el ideal. Viviendo una agradable mañana de un verano que lo envuelve todo.
Mis ojos aún retienen las gotas de agua que quedaron atrapadas entre las pestañas. Al tumbarme al sol, este las atraviesa y asisto a una explosión de colores. El milagro de la descomposición de la luz blanca. Entre mi arco iris particular distingo a alguien del grupo que se incorpora y sonríe. lo conozco. Avanza hasta el borde de la piscina y con un suave impulso se lanza al agua fría hasta sumergirse en la profundidad del azul. Mientras lo hace he reparado por primera vez en la belleza de su cuerpo. Espero y compruebo que se toma su tiempo en salir, y yo que vengo de competir por resistencia. Valoro la fluidez con la que sale a flote, sin demostrar la necesidad urgente de aire, como yo generalmente acostumbro a salir. Se desplaza por el agua con un estilo virtuoso. Admiro como extiende al máximo la longitud de su cuerpo, haciéndolo como si se tratara de un bello delfín, y el agua su hábitat.
Escucho la música que llega hasta mí, mientras intento esconder mi cabeza entre los brazos. Al hacerlo un olor molesto estropea mis pensamientos, el desagradable cloro. Mis dientes aún castañetean, sin duda rebasé mi tiempo en el agua. Incapaz de perderme la ceremonia, retomo el espectáculo y vuelvo a la posición inicial, apoyando mi cabeza sobre la oreja. Existe una extraña atracción que aún no descifro si proviene de la admiración por la destreza o se trata de un presentimiento. Mis pupilas siguen su trayectoria en la piscina.
Desde la altura observo el brillo del agua y su pelo de un azabache profundo. Deseo que este sol venza pronto el frío de mi piel y seque la toalla mojada.
Cuando finalmente llega de nuevo el calor y se detiene el temblor, recupero la imagen del agua inmóvil como un espejo y esa silueta que continua trazando una línea recta y perfecta. Acompaño cada una de sus brazadas que seccionan y se dilatan si se tratara de una hermosa danza. Acabo de asistir a una clase práctica de elegancia.
Sale del agua con el único impulso de sus manos , y entre el fino espacio que dejan mis brazos le veo acercarse hasta aquí. Saluda a mis padres y me hace un guiño cariñoso. Siento que alcancé la cima de la timidez, y presiento que se me nota demasiado. Como recurso recurro a la parálisis total, mientras él sonríe y conversa con naturalidad con mis padres. Escucho su adorable y serena dicción. Al hacerlo su rostro adquiere un halo innato, sólo semejante al resplandor de una luna llena. Me quedo desentrañando el misterio que encierra aquella recién estrenada sensación. Se despide y se aleja llegando de nuevo hasta donde una mano lo espera.
El calor vuelve y me obliga a volver al agua, debo atravesar la hierba donde los mayores ríen, y disfrutan en animada charla llena de desenfado y música.
Me pareció que alguien me observa y busca mis ojos, al devolverle la mirada descifro en los suyos un mensaje: "Te espero". Un cosquilleo recorre mi estómago. Subo al trampolín y me lanzo al agua fría, mis hermanos me siguen, pero ahora no escucho nada, me acabo de despojar de cualquier miedo. Me siento mayor por primera vez en mi vida, dentro de esta piscina. Me permito el placer de deslizarme y disfrutar del momento. Sumergirme hasta lo más hondo. Abro los ojos bajo el agua y ante mí este espacio se llena de flores. El impulso del aire contenido en los pulmones me lleva de nuevo hacía la superficie y esta vez floto con una recién estrenada perspectiva. Entre tanta luz y belleza escucho mis latidos y
sueño despierta. Imposible imaginar que ese sueño un día lejano de allí se cumple.., inevitablemente. Eva
Mi aventura en este océano del ciberespacio me lleva hoy en mi imprevisible destino a un nuevo puerto. Es extraño. Me he acercado hasta aquí como hago habitualmente, dejando que el azar y el viento me guíen. Pero sospecho que en este lugar reside algo distinto. Me sorprende la entrada que acoge al invitado. No es como las que he fondeado hasta el momento y pronto descubro la diferencia. Las palabras de bienvenida no las escribe el dueño de la casa, sino su familia, en su nombre.
Es curioso que a estas alturas de la vida me siga impresionando por cosas como esta, pero compruebo por el humedecimiento de mis ojos que sigue siendo así.
Quizá porque pertenezco y comienzo a entender el mundo de un blog, y lo que nos lleva hasta aquí, este lugar donde rescatamos palabras y obras que nos emocionaron, acumulamos historias personales y dejamos impresa parte de nuestra existencia, y como dice el poeta:
"La poesía que busco es como un diario en donde no hay proyecto ni medida"
Presiento inquietudes y alma en cada espacio que visito. Pero sinceramente nunca me detuve a pensar que ocurre con nuestras palabras, (esas que acuñamos y lanzamos al mundo), una vez que hayamos desaparecido. Posiblemente nunca antes nos pertenecieron y sólo las tomamos prestadas durante un breve espacio en el tiempo, como ocurre con nuestros cuerpos.
Nunca tuve en cuenta que nuestra existencia es mucho más frágil y corta que cualquier palabra escrita.
Ernesto se muestra en su blog Testigo como el ser humano que fue, comparte sus gustos, aficiones, y deja explícita su sensibilidad que hoy ha inundado mi vista con sus paisajes.
Pensé en mi padre que seguro hubiera disfrutado con este maravilloso invento, y recordé como su perdida desencadenó en mí el sentimiento nuevo y extraño de apreciar cada mínimo elemento que le perteneció en vida. Esperando encontrar en él algo de ese ser que nos acompañó. Su familia recibe sin duda una hermosa herencia emocional y la suerte de poder visitar este rincón siempre que lo deseen, donde su perfume permanece.
Aquí en este blog abierto al visitante nos sigue recibiendo un espíritu, un alma y curiosamente me sigue pareciendo que respira. En cada una de sus entradas habitan dos elementos imprescindibles para atrapar al lector, la sabiduría que atesora un amante de la cultura y la belleza nacida de una gran sensibilidad.
Me ha hecho reflexionar sobre la vida y la muerte y al cerrarlo tengo la sensación de haber salido de un lugar que ha vencido a la supervivencia, por eso lo he guardado en mis favoritos para "la eternidad".
Me subo de nuevo en esta barca y llego a una de mis espacios habituales, durante el trayecto no puedo apartar mi pensamiento de Ernesto y este nombre se mezcla con otros muchos nombres de personas que dejaron su huella en mi memoria y que ahora le acompañan.
Me detengo en casa de una buena amiga Dibujos, libros y otras hierbas y aquí encuentro la canción que necesitaba, la que me envuelve entre sus brazos y me lleva de nuevo hasta casa.
Esta visita me ha dado una nueva lección: Debemos seguir viajando, y saboreando nuestro paso por la vida, que está llena de tesoros aún por desenterrar y descubrir. Porque nuestro viaje, sirve de testimonio imprescindible para los que llegan. Sin duda dejamos impresa nuestra alma en cada cosa que hacemos.
¿Te atreves a jugar y competir con los que te rodean?
1. Abre el link
2. Presiona START
3. Después del 3, 2, 1...saldrán números en distinto orden que tienes que seleccionar mediante un "click" empezando del número más pequeño al más grande.
4. Al final el programa calculará un número que representa la edad de tu cerebro.
Si aceptas el reto entra aquí, y rejuvenece, o no.
Sería bueno que cuando nos hacemos adultos lleváramos de la mano al niño que fuimos y éste nos dijera, cuando fuese necesario,"no hagas esto ni aquello."
Jose Saramago
Este vídeo con el tiempo se ha convertido en imprescindible, y
la canción oficial para poner orden en el hogar.
Todo un clásico en la familia
Destinada a cualquier persona que necesite motivación. Ah..., y la casa queda muy limmmmpiaaaa.
Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse. Sabiendo esto,decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó:
¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura
Y la hija respondió: No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz.
Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella
dentro de seis meses será escogida por mí, esposa futura, emperatriz de China.
La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc.
El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.
Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo.Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.
En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.
Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie
entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó:
Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad.
"¿Por qué dormir?, me han preguntado, me pregunto. No creo que un fotógrafo deba dar forzosamente explicaciones sobre esto, sin embargo, dicen que, durante los años ha sido mi pequeña obsesión: pero tal vez no sea la adecuada, ni verdadera. Lo que en verdad me apasiona como fotógrafo que practica, parafraseando a Paul Valéry, en una fotografía, es el momento en que se crea la forma y la forma que revela el momento, y quién sabe, tal vez incluso sus significados, la cara cuando duerme hace un cambio instantáneo, casi inmóvil, pero extrañamente eso no es una interrupción del flujo de la vida.
Estoy interesado en encontrar en mis fotos un hecho tan natural, habitual, universal y, que desaparece. Que nos deja casi secretamente, generalmente en lugares protegidos, porque sabemos que estamos indefensos a la entrega de los demás ".