Mientras el partido de España-Portugal llega a la tanda de penaltis y la península contiene la respiración, en una noche de calor sofocante, recibo un mensaje de mi adorada amiga María José. Sonrío y dirijo mi atención al cielo para no ver el desenlace, allí una fascinante luna me acoge. ¡ Goooooool... de Fábregas!
España vuelve a semifinales.
Esta luna para mi María José.
Greg Mort |
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
La luna
Jaime Sabines
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