William Shih-Chieh Hung |
«-El lenguaje es como una red agujereada y vieja por la que escapan los peces tras quedar atrapados. Quizá sea preferible el silencio. Probémoslo. Vayamos hasta la ventana.
-Es una cosa extraña, el silencio. La mente se vuelve como una noche sin estrellas; y entonces pasa un meteoro, espléndido; surca la oscuridad, y se extingue. Nunca agradecemos lo suficiente ese espectáculo.
-¡Somos una especie ingrata! Cuando veo mi mano sobre el alféizar de la ventana pienso cuánto placer me ha proporcionado -cómo ha tocado la seda y cerámica y paredes calientes, cómo se ha posado sobre la hierba húmeda o se ha tostado al sol, cómo ha dejado que el Atlántico se deslizara entre sus dedos, cómo ha cortado campanillas azules y dientes de león, cómo arrancado ciruelas maduras, cómo no ha dejado de hablarme ni siquiera un instante desde que nací sobre el calor y el frío, sobre lo húmedo y lo seco-, me asombra tener que usar esta maravillosa herramienta hecha de nervio y carne para escribir sobre los abusos de la vida. Y sin embargo eso es lo que hacemos. Piénsalo, la literatura es la crónica de nuestro descontento».
Relatos completos, de Virginia Woolf
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