miércoles, 19 de noviembre de 2014

El tiempo


- ¡Ah!, pues ahí está el problema —dijo el Sombrerero—, el tiempo no soporta que lo marquen ni que lo clasifiquen, pero si estuvieras en buenas relaciones con él, podrías hacer lo que quisieras con el reloj; por ejemplo, imagínate que marca las ocho de la mañana y es la hora de comenzar tus lecciones en la escuela, pues bastaría con girar las manecillas un poco y ya sería la una y media ¡hora de comer!
- “¡Ojalá eso fuera verdad!”, dijo la Liebre de Marzo para sus adentros.
- ¿Es así como usted maneja el tiempo? -preguntó Alicia.
- En realidad no —respondió el Sombrerero con un dejo de tristeza— aquello ocurrió en el gran concierto que ofreció la Reina de Corazones; en aquella ocasión a mí me tocaba cantar [...] Recuerdo aquella memorable ocasión —siguió diciendo el Sombrerero—: apenas había entonado la primera estrofa cuando la reina se puso a gritar: “¡Está matando el tiempo! ¡Que le corten la cabeza!”

Alicia en el país de las maravillas / Lewis Carroll / 1865


Arthur Rackhman -Mad hatter's tes party



Si me detengo a pensar, nunca ha sido mi verdadero amigo, 

ni le he dado demasiada importancia,
 hay muchos momentos donde en realidad me olvido de su existencia,, 
y sin que se ofenda más de lo debido,
 son los más hermosos,
 aquellos donde mi corazón late a impulsos musicales.
 Mientras escribo, pinto, recorto, pego o simplemente sueño.
 Allí no existe.
  Quizá por eso ahora pretende vengarse de mi,
y me va devolviendo lentamente las horas,
los minutos, los segundos que no le atendí.
 No me gusta nada esta nueva situación. 
Rendir pleitesía a esta espera.
 Convivir con un espacio de tiempo que parece descongelarse con lentitud.
 Intento avanzar y no me deja, solo puedo atravesarlo a su manera. 
Andando contra un intenso viento helado. 
Me siento agotada por el esfuerzo de la lucha.
Las noticias me esperan en aquella cima lejana.
 La incertidumbre ha crecido a su alrededor, desde lejos no me deja ver el contenido.
 Llega perfectamente envuelto en un grueso papel de futuro. 
Mi enorme curiosidad me hace presentir lo que esconde.
 Puedo soñar con el contenido, eso nadie, ni siquiera  él me lo puede arrebatar. 
Pero, será suficiente? 
Quiere su momento de gloria, ser el portavoz y esta vez gana la batalla. 
No queda más remedio que ponerme a caminar de su lado, y dejar que me lleve de la mano. Sentarme en su eterna mesa a fingir que saboreo su té y soportar su mirada de soslayo y esa sonrisa de vencedor.
Eva


Eso sí, pienso hacerlo en buena compañía. 

4 comentarios:

  1. El tiempo en su viaje inexorable.
    Acostumbrarseadejarlo hacer,talvezsealomejor.
    Leyendote he revivido hecho en el tiempo

    Cariños

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    Respuestas
    1. Mi querida Abu, como siempre tus sabias palabras dan una vez más en el clavo.
      Acostumbrarse a dejarlo hacer, tal vez sea lo mejor.
      Lo tendré en cuenta.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Querida Eva, me inquieta tu texto. No pensar en el tiempo suele ser síntoma de felicidad, cuando su existencia se hace tan patente y su limitación es palpable, hace zozobrar el alma. Aludes a la espera de noticias y aún aventurándome a conclusiones arriesgadas sólo me queda desearte felicidad, tranquilidad y noticias siempre buenas venturosas. Un beso.

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    Respuestas
    1. Querida amiga, cuando dejamos que vuelen los sentimientos libremente, sin pretenderlo podemos transmitir las inquietudes que se esconden en lo más íntimo de nuestro ser.
      No te preocupes, las noticias que espero son demasiado hermosas, quizá por ello demasiado frágiles y despiertan en mí tanta sensibilidad.
      Ando unos días alejada de la serenidad y hoy la he buscado aquí, donde siempre me funciona.
      La paciencia no es una de mis virtudes. Si todo sale como espero, pronto tendrás noticias mías.
      Agradezco mucho tu cariño. Tus palabras siempre me hacen mucho bien. Un fuerte abrazo y hasta muy pronto.

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