martes, 31 de enero de 2012

Hermanas



Eva Ferrer


La gran mayoría de los hermanos que conozco guardan un parecido razonable, evidente, o en algunos casos aun sin parecerse conservan "un cierto aire". Ese aire precisamente en el caso de mis hijas brilla por su ausencia, y es eso lo que las hace tan singulares. Tengo que confesaros que me encantan estas diferencias, cada una me ha descubierto un universo distinto y lo más importante es que junto a ellas he viajado por estos universos, donde no siempre ha salido el sol, muchas veces también hubo tormentas, algunas casi huracanadas, algunos errores que las hicieron más fuertes y muchos aciertos que las convirtieron en buenas personas. Hoy (aunque distantes, sólo en el espacio) tengo la satisfacción de comprobar que cuando una tropiece,  la otra estará para levantarla porque en sus mundos se habla el mismo lenguaje emocional.
 Vuestro padre y  yo apretamos fuerte las manos al contemplaros cuando estáis juntas,  y observamos ese milagro en el que os habéis convertido, gracias por esos momentos.

1 comentario:

  1. Cuánta magia en tu texto.. gracias a ti por tus cuadros, por tus cuentos, por cada relato. Es imposible hacerlo mejor <3

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