domingo, 1 de diciembre de 2013

Cuentos a contraluz

 Hay palabras que este hombre no dice. Yo leo el silencio y tampoco las digo.
Sabemos en qué moneda cobra lo no dicho. Mientras tanto en el jardín las plantas
florecen, se marchitan. Hablo de él cuando callo.
Graciela Cros



Calla Donofrio- Stars





       Aquí, hoy junto al más misterioso de los cuatro elementos de la naturaleza, me dispongo a pasar esta fría tarde de Otoño.

             

"-El problema reside en expulsar el aire lentamente, y dirigirlo en una sola dirección, las brasas.  Así.., ves."

 En este momento simulo que escucho y aprendo pero mi mente está en otra cosa: Su boca, sus manos...
Jorge intenta una vez más explicarme el correcto funcionamiento de algo en apariencia sencillo, el fuelle, ese instrumento construido según ciertos principios de la Física (asignatura que siempre odié) para recoger aire y lanzarlo en una dirección determinada. Y ahí en ese punto concreto reside mi error. El control en la dirección.
-¿Por favor, me lees en voz alta?
Comienza:

"Esta historia, que es parte de la leyenda dorada, también es conocida como «San Jorge y el dragón», y es el probable origen de todos los cuentos de hadas sobre princesas y dragones."
 Recorro lentamente su bello perfil a contraluz,.. la elegancia natural de su rostro, todo envuelto en esa luz distinta. Hacía tiempo que nadie me leía así, me siento de nuevo una niña con este agradable calor junto a mi y el crujir de la madera convertida en un cofre de tesoro  donde estallan y brillan oro y  esmeraldas.

"Un dragón hace un nido en la fuente que provee de agua a una ciudad. Como consecuencia, los ciudadanos debían apartar diariamente al dragón del curso natural de la fuente para conseguir agua. Así que ofrecían  un sacrificio humano al azar entre los habitantes. Un día resultó seleccionada la princesa local, su padre, suplicó por la vida de su hija la princesa Sabra, sus súplicas no podrán evitar el cruel destino que le espera.

Otro intento  de avivar las llamas y mi poca destreza esparce la ceniza en el aire. Detiene de nuevo la lectura y me mira esta vez con los ojos muy abiertos.- ¡Ahí!, -Ya lo dejo 
 No es la primera vez que me ocurre semejante desastre, pero hoy.., ahora,  una  emocionante e inesperada coincidencia, la luz. El polvo fino  al contacto con este rayo que se filtra a través del visillo parece cobrar vida, se convierte ante mis ojos en infinitas lucecitas parpadeantes.

  La lectura continua:
...Cuando estaba a punto de ser devorada por el dragón, aparece  Jorge que regresa de uno de sus legendarios viajes. Se enfrenta con el dragón con valentía, le clava su espada en el corazón y vence. Salvando con su hazaña a todos los ciudadanos y  convirtiéndose en el héroe de la princesa,  que con el tiempo se convertiría en su mujer.

La lectura ha terminado pero no  el misterioso  movimiento de estas lucecitas de color dorado.  Continúa su  vuelo.
 -  Deben ser las famosas hadas del hogar.
 -¿Como llegaron hasta aquí?
Seguramente  escondidas entre las ramas de los árboles que sirvieron de leña para este fuego.
Me uno a este juego mientras ellas agitan sus varitas encendidas. Intento encontrar sus orejas puntiagudas y sus dedos  alargados, casi puedo escuchar su risa infantil.
Una tarde entre príncipes y hadas.  Habitan sin duda en un mundo paralelo al nuestro, pero son difíciles de encontrar. Hoy me han regalado su compañía.

A menudo los pequeños regalos reconfortantes permiten una gran diferencia en nuestras vidas


 

San Jorge y la Princesa Sabra  - Dante Gabriel Rossetti (1828- 1882)

Dante Gabriel Rossetti  (1828- 1882)

Edward Burne Jones 1825-1899
  La madre de Virginia Woolf, Julia Princep Stephen , sirvió de modelo para esta obra

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