viernes, 5 de octubre de 2012

El cuento

      El cuento es astuto. Se filtra en el vino, en las lenguas de las viejas, en las historias de los santos.
Se vuelve melodía torpe en la garganta de un caminante que bebe en la taberna y toca la bandurria. Se esconde en los cruces de los caminos, en los cementerios, en la oscuridad de los pajares. El cuento se va, pero deja sus huellas. Y aun las arrastra por el camino, como van ladrando los perros tras los carros, carretera adelante.
El cuento llega y se marcha por la noche, llevándose debajo de las alas la rara zozobra de los niños. A escondidas, pegándose al frío y a las cunetas, va huyendo. A veces pícaro, o inocente, o cruel. O alegre, o triste. Siempre, robando una nostalgia, con su viejo corazón de vagabundo.
                                                                                                                             Ana María Matute


Walter  Firle
                                             "Algún día serás lo bastante mayor
                                   para empezar a leer los cuentos de hadas de nuevo. "
                                                                      ~ ~ CS Lewis

Siempre he creído en la inmensa importancia de los cuentos. Además de un excelente método de potenciar la imaginación  los considero esenciales para fortalecer la autoestima. El mensaje de dichas fábulas es que, pese a los triunfos temporales del mal, el bien siempre vence al final.
Estas hermosas fantasías despiertan la esperanza y tienen un efecto consolador y tranquilizante al que sin ser consciente recurrirás en muchas ocasiones de tu vida.
Mientras se escucha como Hansel y Gretel se pierden en el gran bosque tenebroso, o la historia de Blancanieves y su malvada madrastra, las mentes infantiles absorben el mensaje y llegan a pensar que, aunque en alguna ocasión se encuentren perdidos en el bosque, encontrarán finalmente el camino de vuelta a casa.
                                ¡Gracias a todos los cuentacuentos de mi vida!


2 comentarios:

  1. Aun leo cuentos infantiles, a lo mejor ya soy lo suficiente mayor.

    Eva Ferrer,
    amiga mía, perdona haberte abandonado tanto tiempo

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    Respuestas
    1. Me alegra que por fin des señales de vida, ya me había acostumbrado a ver el rostro de tu madre cada día en las ventanas laterales, te confieso que su mirada bondadosa capturaba mi atención cada vez que abría el blog, pero también me preocupaba que algún problema de salud te impidiera seguir publicando.
      Ya he pasado a leer tu nueva entrada, se nota que lees cuentos infantiles, y me alegro.
      Un abrazo, querido amigo.

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