sábado, 29 de septiembre de 2012

Intocables

Para definir esta película, pienso... Entrañable.  Aún hoy cuando casualmente tropiezo con la imagen  de alguna escena o aparece alguno de sus actores en televisión, siempre me provoca una sonrisa y sobre todo me trae bonitos recuerdos de "cine de verano en familia".
           Una historia para reflexionar.

Escena de  Intocable


                    
 El negro
       
              Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja.
 De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella.
 Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.


Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".

                                              
                                                 Rosa Montero       

viernes, 28 de septiembre de 2012

Por fin, de nuevo la lluvia



Pero a mí me gustan los días nublados. Y los días de lluvia ,  sus sonidos, sus olores, y los días de viento.  su voz..

Intento demorar el momento del primer café de la mañana. Mirar la lluvia caer,  es sin duda...un gran acontecimiento. Contemplar un amanecer oscuro, tan distinto a tantos últimos.
 El instante especial que tanto esperaba, está aquí. Llegó ayer en la tarde, se presentó algo timida y llenó mi noche de sueños, que dejo para otra ocasión.
Abro la ventana y nos miramos de frente,  la saludo, estrecho su mano , me besa. Devuelve a mi piel una frescura agradable que tanto anhelaba. Vuelvo a sumergirme en mi bebida caliente y en  la lectura elegida para el comienzo del otoño, Persuasión de Jane Austen. Al comienzo, un regalo de Virginia Woolf en el "Common Reader" , escrito en 1925,  acerca de la autora:



 "Comienza a darse cuenta de que el mundo es más amplio, más misterioso y más romántico de lo que había imaginado...Se detiene con frecuencia en la belleza y la melancolía de la naturaleza con en otoño, cuando solía hacerlo en primavera...Pero el cambio que observamos no se limita a una nueva sensibilidad hacia la naturaleza. Su actitud hacia la vida misma ha cambiado. Durante la mayor parte de la novela, la contempla con la mirada de una mujer que, desgracida ella misma siente una comprensión especial por la felicidad e infelicidad de los demás...La emoción expresada en la escena del concierto y en la famosa conversación sobre la constancia femenina demuestra, no sólo el dato biográfico de que Jane Austen había amado, sino el dato estético de que ya no le daba miedo decirlo".




Miro de nuevo la calle, una luz encubierta tiñe la mañana de una belleza especial.
Tengo intención de salir, así que...paraguas en mano, chubasquero y dispuesta un día más a "descubrir lo que se oculta bajo las apariencias"

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Sólo con el tiempo...


Thomas Mostyn 1864-1930

Con el tiempo...


aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.


Con el tiempo...
te das cuenta que casarse solo porque ya me urge es una clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso.

Con el tiempo...
comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo...
te das cuenta que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.

Con el tiempo...
te das cuenta que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.

Con el tiempo...
entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.

Con el tiempo...
aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo...
aprendes que disculpar, cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes.

Con el tiempo...
comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo...
te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día lloraras por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo...
te das cuenta que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo...
te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados.

Con el tiempo...
aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo...
comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo...
te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo...
verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo...
aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo... ante una tumba... ya no tiene ningún sentido.
Pero desafortunadamente... sólo con el tiempo...

El poder de la mirada

 
 
Gaston Bussiere 1862-1928
 
 
                        Si no me reconoce ya buscaré yo la ocasión de mirarla de reojo como la primera vez, y estad seguros de que recordará la situación. Nada de impaciencia, nada de voracidad, todo ha de gozarse tirando y atrayendo lentamente.
 El que lucha desde lo lejos no tiene, en general, otras armas que las de sus ojos. Claro que si los sabe mover con la debida estrategia, alcanzará casi idénticos resultados. Para eso tendrá que posarlos sobre la muchacha con una ternura engañosa, que le producirá el mismo efecto que si la rozara casualmente con su cuerpo. Incluso podrá asirla con su mirada tan fuertemente como si la tuviera entre sus brazos.
                                                                                                 Diario de un seductor, Kierkegaard 



martes, 25 de septiembre de 2012

Últimos días de verano

"En las noches azules de verano,
 iré por los senderos, salpicados de maíz,
 pisaré la fina hierba...
No hablaré, no pensaré en nada...e iré lejos,
 muy lejos, como un gitano, por la naturaleza..."
 Rimbaud


         -No se donde se detuvo.  ¿Qué le impide al otoño llegar hasta aquí este año?¿donde se esconde la lluvia que tanto anhelo?, aún disfrutamos de días cálidos, lo suficientemente soleados como para hacernos pensar que verano aún permanece. Habrá que culpabilizar al sol que se prendó en esta tierra.
  Mi espíritu añora el  refugio de una colcha, la chimenea encendida y las noches de tormenta junto a un fuego. Mientras se demoran esos momentos,  intento encontrar las ventajas.
 Los paseos por la playa y el campo,  siguen siendo un verdadero placer.
Los pájaros impacientes y huyendo de la estación que adoro,  se adelantaron, migraron a tierras lejos de aquí,  y ya no se escucha su canto cuando amanece.
 En el cielo persiste un azul intenso que invita a disfrutar del aire puro.


Existe un camino a poca distancia de donde vivo, lo visitamos cada vez más a menudo con el propósito de alegrar los pequeños e inquietos corazoncitos de nuestros perros. Un camino de uso agrícola, que ocasionalmente atraviesa algún labrador.
Mucho mejor llegar hasta allí en coche,  dejarlo  bajo la sombra de algún árbol  y comenzar el paseo donde el asfalto se conviente en camino de tierra y hierba.
 A ambos lados los huertos de naranjos, Olivos, y Caquis, conviven en  perfecta armonía, se suceden de forma ordenada alternando tonalidades luminosas de un mismo color.
 Un riachuelo acompaña nuestros pasos, su sonido refresca y aumenta la calma que sólo rompen las carreras de mis perros,  entusiasmados en explorar olores distintos. Nosotros andamos despacio, con cuidado de no ofender ni interrumpir la vida de los diminutos seres que habitan este lugar. En pocos metros te sumerges en una confortable ausencia, y dentro de esa dimensión se desvanecen las prioridades que rigen el mundo donde habitamos,  para bucear en un universo fascinante donde residen libélulas de colores fascinantes, mariposas increíbles, hormigas y abejas laboriosas, gran variedad de florecillas silvestres, árboles magníficos y regios , caracoles y arañas pacientes,  liebres,... y algunos animalitos más que presiento y aún no se dejan ver.
Aquí donde se encierran tantos mundos secretos, retomo el placer de contemplar el hermoso y complejo espectáculo que la vida nos ofrece.

Es necesario detenerse.Un descanso en el camino y los pies se descalzan para sumergirse en el agua fresca. Al calor del día las libélulas impregnan este espacio de magia.  Observo su vuelo veloz, la curiosa habilidad que poseen ,el poder volar hacia arriba, hacia abajo, detenerse súbitamente,  quedar extrañamente suspendidas en el aire, impulsarse hacia delante, hacia atrás, hacia un lado y el opuesto. Han pasado un tiempo  de su corto ciclo de vida dedicadas al crecimiento y el aprendizaje, viviendo junto al agua o sumergidas, carentes del privilégio de volar y desposeídas de esas alas mágicas de brillo transparente. Su apariencia era muy distinta. Similar a cualquier insecto común. Entonces eran simples ninfas y estaban al acecho de cualquier astuta araña con malevolas pretensiones de atraparlas en su tela, envolverlas,  devorarlas lentamente, hasta hacerlas desaparecer, ahora superados los peligros y la prueba más difícil, la supervivencia. Ha llegado su recompensa, les crecen las alas, despegan, y comprueban que se sienten hermosas y libres. Con la altura del vuelo,todo se ve de modo distinto y por eso bailan alegres y celebran las horas de plenitud con agradecimiento.Es normal que intenten captar nuestra atención, y coquetas lucir sus dones.¡ Como disfrutan el momento!. Es curioso, en el fondo no somos tan distintos, detrás de cualquier época difícil, con esfuerzo, llega un día la recompensa .


Un enorme caracol regresa desde ¿..?,- Llega solitario, acaba de alcanzar la fina línea de  hierba que  divide en dos el camino. Aquí puede descansar e incluso comer algo, por el ritmo que usa me imagino que pretende alcanzar la zona húmeda antes que caiga la noche. Su familia se alegrará de volver a verlo,  sólo emprendió la aventura de su viaje por explorar parte de este universo desconocido,  intentando satisfacer su curiosidad. Ha degustado nuevos y desconocidos sabores de hierbas lejanas, y vivido sus experiencias, su casa ha crecido durante el trayecto. Regresa a su Itaca cargado de aventuras que contar. No somos tan distintos.

Vuelvo a calzarme y me refugio del sol a la sombra de una higuera, como de sus frutos, mis favoritos entre todos los sabores. Desde pequeña asocio el verano con el mar y el sabor de los higos y mi hija pequeña heredó esta dulce afición. Este instante lo comparto desde la distancia con ella.

Llegamos hasta donde ya aprendieron los perros a detenerse, esperan la recompensa al "buén comportamiento" -¿creerán acaso qué esto es portarse bién?- Aquí están, hay que mirar hacia arriba, donde comienza el cielo. El rincón donde habitan imponentes  álamos, ocho magestuosos árboles que coronan el fin del camino, sorprende  su belleza, su altura y la corpulencia de sus raíces que con los años y la corriente del río salieron a la superficie . Nos desvelan parte de su sabiduría y de ese misterio que nos fascina. ¿Qué fuerza les impulsa a sumergirse en las profundidades de la tierra?, conocer  secretos de sus profundidades , o simplemente   buscar la oscuridad que los alimenta. Sin duda desde el privilégio de su magnífica estatura conocen histórias increibles. Han presenciado amaneceres desde el mar y los crepúsculos más  irreales. Arcoiris despues de la llúvia y lunas  flotando en la oscuridad. Conocieron antepasados lejanos y personas que aún un día muy distante hasta aquí llegarán. Dueños del pasado y el futuro.
 El zumbido de las chicharras y  por momentos el viento que agita estas ligeras hojas y nuestro pelo. Compartimos mucho más que un espacio físico, ahora hasta una vida nueva lejos de nuestras hijas. 
 "De tu mano, en este rincón donde todo está en calma junto a estos poderosos  gigantes y donde el horizonte en la distancia recorta una cara lejana. Si nos quedamos quietos, algo nos atraviesa por dentro."  


























Texto: Eva Ferrer
Imágenes: Camí Hort del Alemá- Eva

lunes, 24 de septiembre de 2012

Un regalo para Jose


The first, my last, my everything


Gracias por toda la felicidad que has traido a nuestro hogar.

sábado, 22 de septiembre de 2012

William Henry Margeston (1861-1940)

LUZ DE TARDE
Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo este espacio,
tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden que pueda volver a encontrarme.
Estas ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la apariencia tranquila del aire,
esas olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando ya no esperaban que un beso de amor las rozase…
Me da pena mirar estas cosas, querer estas cosas, guardar estas cosas.
Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme,
poblando otra tarde como ésta de ramas que guarde en mi alma,
aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver otra vez a soñarse.
José Hierro.

The sea halt it's pearls



Alady of cuality





A stitch in time


A new day



Astudy of a girl arranging  linen


Daffodils


The morning walk



The virgin at the loom


The precious gift

At the cottage door

 William James Margetson  fue un pintor y eminente sacerdote Anglicano en la primera mitad del siglo XX. Educado en la Universidad de Oxford , fue nombrado Preboste de la Catedral Santa Maria de Edinburgo en 1925, cargo que ocupó durante 13 años.
Las pinturas de hermosas mujeres fue el tema principal del pintor.
 El artista produjo también el trabajo ilustrativo. Estuvo casado con Helen Hatton, también un artista.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Nel cuore lei

¡Feliz cumpleaños hermanita!








Serás uno con ella , siempre

Tomará tu corazón
Te ganará
Ella será tu calle
Que no puedes nunca dejar

A ella
Te unirás a ella mientras vivas, a ella

Y no hay nada como ella
Y no hay nada para entender
Está toda ahí
Su grandeza
En aquella ligereza
Que solo ella te entrega

Será así y despúes
Será más
La amarás, la amarás
Porque tu nos creerás
A ella
Te unirás a ella mientras vivas, a ella

Y no hay nada como ella
Y no hay nada para entender
Ella es así
Puedes solo decir
Que mientras te haga más sufrir
Aún más la amarás

Hasta que tu querrás descubrir
Dentro de un suspiro que ella da
El secreto de su eternidad

A ella
regalaré
todo lo que quedará
de tu tiempo que verá

A ella
Te unirás por siempre
En el corazón ella



Collage: Eva Ferrer

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Una canción


Imagen de la película Amor bajo el espino blanco


Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio en donde los silencios enmudecen .
                                                               
                                                                                  Octavio Paz





"Shan zha shu zhi lian", de Qigang Chen

Relato

 

-Ahora se parece bastante a ti.

-¿Y si dentro de no sé cuántos años resulta que se muere sin haber escrito un poema? No ya uno bueno, o digno. Un miserable poema, quiero decir. Eso que decía Picasso, que los niños son artistas, el problema es que lo sigan siendo cuando dejan de ser niños. ¿Y si ese... potencial
-Qué palabra horrible.
-que ahora se percibe en sus dibujos, después no cuaja, no se solidifica, no se transforma en lo que uno anhela, tal vez neciamente? Ponle que su vida se le va sin haber manipulado jamás una melancólica marioneta. O un triste títere. ¿Si él acaba encarnando lo que yo aborrezco?
-¿Temes que se parezca a ti?
-Me da igual que nadie reconozca en él rastros genéticos de mí. Lo que me mutilaría es no reconocer en él, en el futuro, rastros del que es ahora.
-Ahora se parece bastante a ti.
-Es lógico que ahora se parezca a mí. Es mi hijo. Y también puede esperarse que mañana se parezca a mí. Soy su padre. Pero quiero decir después, pasado mañana, cuando la vida con su devastadora labor haya hecho añicos la mía, y la suya. Cuando sólo para los muy allegados claramente él sea mi hijo y yo su padre. Cuando a los demás, al mundo, haya que explicarle nuestro grado de parentesco porque nada a primera vista evidencie cuál es. ¿Y si acaba por ser un contable que olvidó pintar gatos? ¿Y si el único poema que escriba no es más que una transcripción fidedigna de uno de Neruda? ¿Y si ambos perdemos las claves que me hacen decir tonterías que lo hacen reír y avergonzarse secretamente de reírse de las tonterías que digo para que ría?
-¿Y si lee esto que acabas de escribir?


Puedes encontrar este y otros relatos,  (igualmente encantadores) en el blog del Sr Blanco        Nada que decirte

martes, 18 de septiembre de 2012

Identificación


Rogelio de Egusquiza



Qué bien que hayas venido – dice.
¿Oíste que el jueves se estrelló un avión?
Ajá, pues precisamente por ese asunto
vinieron a buscarme.
Parece que él estaba en la lista de pasajeros.
Y qué, igual se arrepintió.
Me dieron una pastilla para que no me desmayara.
Después me mostraron a alguien, no sé a quién.
Todo negro, quemado, menos un brazo.
Un jirón de la camisa, el reloj, la alianza.
Me enfurecí, porque seguro que no era él.
Nunca me haría eso, tener ese aspecto.
Y de esas camisas están llenas las tiendas.
Y ese reloj es un reloj corriente.
Y nuestros nombres en su alianza
son nombres muy comunes.
Qué bien que hayas venido. Siéntate aquí a mi lado.
Es cierto, tendría que haber vuelto el jueves.
Pero quedan muchos jueves todavía este año.
Ahora mismo pongo agua para el té.
Me lavo el pelo, y luego, y luego qué,
intentaré despertarme de todo esto.
Qué bien que hayas venido, porque allí hacía frío,
y él en ese saco de dormir de goma,
él, quiero decir, ese pobre infeliz.
Ahora mismo pongo agua para el jueves, me lavo el té,
es que claro, con lo comunes que son nuestros nombres.
Wislawa Szymborska


Poema extraido del poemario "Aquí"
Traducción: Abel Murcia - Gerardo Beltrán

lunes, 17 de septiembre de 2012

Las cosas

Entre un montón de edredones que coloco sobre la mesa mientras ordeno el armario, se encuentra mi cubrecama favorito, me alegra recuperar su imagen después de este largo verano, no ha llegado aún su momento, cuando llegue el frio que espero tanto, abrigará nuestra cama y alegrará mi hogar, ahora me conformo con modificar su disposición para localizar antes la ropa cálida.
Por primera vez en mucho tiempo, encuentro espacio de sobra en los estantes, los cajones hasta hace unos días repletos de vaqueros rotos y camisetas,  ahora aparecen extrañamente  desocupados, enormes, hondos, vacíos y conservando intacto  el delicioso olor de mis hijas.
Voy colocando lentamente cada cosa en su lugar y me detengo en  la contemplación de este hermoso cubrecama antiguo. Pertenece a la familia de mi marido, su abuela María propietaria de una mercería lo tejió en su juventud a ganchillo, con restos de finas lanas de variados colores, ¡tiene tantos años! y extrañamente permanece igual de hermoso que cuando lo vi por primera vez, me imagino cuantas horas lo tuvo entre sus delicadas manos, una labor tan original y perfecta, fiel reflejo de su personalidad.  Seguro que disfrutó tejiendo en sus tardes de invierno, mientras conversaba  y seguro también que no necesitaba casi ni fijar su mirada, que recuerdo con toda claridad. Era dueña de unos grandes ojos exóticos, con cierto aire oriental. 
Cuantas horas pasadas de paz y plenitud , sólo de este modo se puede llegar a componer algo tan especial, observo de cerca la simétrica redondez de sus formas, la calidad de su lana, los colores intensos que dominan. Un pequeño tesoro que sobrevive al tiempo y a la mujer que un día lo imaginó.
Lo doblo suavemente mientras me acuerdo de ella: era acogedora, jovial, menuda, entrañable y sin duda artista,  tuve la suerte de disfrutar de algunos momentos únicos e irrepetibles y espero que algún día lejano alguien que aún no conozco detenga su tiempo, su mirada y su pensamiento en esta cita con la delicadeza.

The fairy girls make the carpet- Cecile Walton (1891-1956)


El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada violeta,
 monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
limas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.


Jorge Luis Borges

sábado, 15 de septiembre de 2012

"Political incorrectness",

Carl Larson -1907


Sé buena, dime cosas incorrectas

desde el punto de vista político. Un ejemplo:
que eres rubia. Otro ejemplo: que Occidente
no te parece un monstruo de barbarie
dedicado a la sórdida tarea
de cargarse el planeta.
Otro: que el multiculturalismo es un nuevo fascismo,
solo que más hortera, o que disfrutas
pegando a un pedagogo o a un psicólogo,
o que el Mediterráneo te horroriza.
Dime cosas que lleven a la hoguera
directamente, dime atrocidades
que cuestionen verdades absolutas
como: "No creo en la igualdad." O dime
cosas terribles como que me quieres
a pesar de que no soy de tu sexo,
que me quieres del todo, con locura,
para siempre, como querían antes
las hembras de la Tierra.

 Luis Alberto de Cuenca

viernes, 14 de septiembre de 2012

El silencio de las sirenas


Edward Burne Jones



                                                        El silencio de las sirenas


Existen métodos insuficientes, casi pueriles, que también pueden servir para la salvación.
He aquí la prueba:
Para guardarse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones mas fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con inocente alegría.
Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas.
En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas les hizo olvidar toda canción.
Ulises, (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él se hallaba a salvo. Fugazmente, vió primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo mas acerca de ellas.
Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises.
Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó.
La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo.

Franz Kafka, Praga, 1883 - Kierling, Austria, 1924
 

jueves, 13 de septiembre de 2012

El viaje



Si ara me'n vaig segur que es fa llarga la tornada
me'n vaig sols amb el bitllet d'anada
estic segur de com vull començar el viatge
m'hauré de desprendre de quasi tot l'equipatge
tot allò que em sobra, tot allò que em pesa
tot allò que no cap dins d'una maleta
tot allò que em fa fàstic de València,
l'odi del poder i la seua violència.

Però no em sobra el teu amor, el teu humor, eixe bon record
que m'ajuda a no perdre el nord
no saps l'esforç que em costa deixar aquesta terra
creuaré volant mil i un països en guerra
miraré, buscaré, em perdré però caminaré
He lligat una corda del meu cor al punt d'origen
així quan em trobe lluny no sentiré el vertigen.

Perdut als carrers del món
em guiarà la lluna quan s'amague el sol
perdut als carrers del món
hi ha dies per quedar-se a mirar hi ha dies en què tot es fa fosc
Perdut als carrers del món
mire per la finestra i la vida es fon amb la mort
perdut als carrers del món
batalles perdudes, llengües mortes, monuments als vencedors.

Si ara me'n vaig no contes el temps fins que jo torne
no sé quan però ens tornarem a vore
vull canviar de ruta vull buscar un nou ancoratge
córrer com una fera que es confon amb el paisatge
llençaré la roba, cremaré tota disfressa
dins de la motxilla la teua tendresa
un nou tatuatge i un punt d'incertesa
una nova aventura, un nou camí, una nova conquesta.

I si ara em falta el teu amor, el teu humor, eixe bon record
que m'ajudava a no perdre el nord
recorda que hi ha qui sura i ha qui s'ofega
i qui pensa que el seu melic és el centre de la terra
miraré, buscaré i tornaré i ja no em perdré
He vingut per quedar-me i encara hi ha qui m'espera
carregat amb l'experiència i mil nits de carretera

Perdut als carrers del món
em guiarà la lluna quan ja s'amague el sol
perdut als carrers del món
hi ha dies que són per mirar hi ha dies en què tot es fosc
Perdut als carrers del món
mire per la finestra i la vida es fon amb la mort
perdut als carrers del món
batalles perdudes, llengües mortes, monuments als vencedors

"Si ahora me voy seguro que se hace larga la vuelta.  Me voy solo,  con el billete de ida,  estoy seguro de como quiero empezar el viaje.  Me deberé desprender de casi todo el equipaje,  todo lo que me sobra. todo lo que me pesa.  Todo lo que no cabe dentro de una maleta. Todo lo que me da asco de Valencia. El odio del poder y su violencia. Pero no me sobra tu amor, tu humor, ese buen recuerdo que me ayuda a no perder el norte. No sabes el esfuerzo que me cuesta dejar esta tierra. Cruzaré volando mil y un países en guerra miraré, buscaré, me perderé pero caminaré.
 He atado una cuerda de mi corazón al punto de origen, así cuando me encuentre lejos no sentiré el vértigo.
 Perdido en los calles del mundo me guiará la luna cuando se oculte el sol.
 Perdido en los calles del mundo hay días para quedarse a mirar,  hay días en que todo se hace oscuro.
 Perdido en los calles del mundo,  miro por la ventana y la vida se funde con la muerte.
 Perdido en los calles del mundo batallas perdidas, lenguas muertas, monumentos a los vencedores"

 Letra canción Perdut als carrers del món, del grupo musical Obrint pas

martes, 11 de septiembre de 2012

Palabras elementales




 PRIMERA CONJUGACIÓN

Encontrar las palabras
elementales. Aprender
cómo decir perdón en el idioma del que irrumpe,
y buenos días, y toma,
y he venido a conocerte, aprender
cómo decir gracias en el idioma
de los que también rasgan
y también
se desgarran,
cómo decir
café, cariño, patria,
shalom, salam aalaikum, aprender
cómo se dice pasa, entra, esta es mi casa
en un país al sur del que apenas
quedan ruinas, aprender
obrigada, spasiba, aprender
qué colores no existen en las lenguas de África.
Y cómo responder que sí en Pekín.
Llegar a las ciudades y descubrir
los entresijos del mercado,
entender,
aprender
cuál es en cada tierra
la etimología de alma, y de qué modo
saludaban al miedo mis bisabuelos.

Encontrar las palabras elementales.
Y luego hablar.

Laura Casielles

Poemas del libro  Los idiomas comunes. Hiperión, 2010.


lunes, 10 de septiembre de 2012

Father and daugther

"Tu recuerdo se enreda a mi alrededor como una manta cobijándome del frío, brilla con mi cuerpo en el silencio mojado de esta tarde en la que te escribo, en la que no puedo hacer nada más que pensarte y decir tu nombre en secreto, para dentro de mi boca, envolviéndolo en el recinto de mis dientes, mordiéndolo hasta gastarle las letras, hasta gastar tanto nombre tuyo que me ha ido acompañando, para volver a revivirlo, arrullándome yo misma con tu voz y tus ojos, meciéndome en este tiempo sin horas en que te quiero, en que amo cada minuto que ha quedado impreso en mi memoria para siempre."
Gioconda Belli

Texto: Un poema del libro El ojo de la mujer

viernes, 7 de septiembre de 2012

Sevilla



Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero...

Allí regresamos, a la tierra de los poetas y el cante, la que nos vio nacer un día y nos quiere reconquistar recibiéndonos con hermosos palacios, iglesias, monumentos, calles y rincones donde se respira pasado de grandeza, arte y poderío. El barrio de Santa Cruz será nuestro hogar durante unos días, y en medio de la frescura de un patio andaluz planificamos el tiempo. ¡Todo me resulta excitante! Las impresiones del paisaje, el ambiente en las calles y las huellas de la historia. 

Apenas unas horas antes un inesperado resbalón en el baño me despierta del estado de irreal inconsciencia que suele acompañarme en los viajes, esta vez el golpe en la cabeza me alerta de la fragilidad en la que nos suspendemos dentro del universo, así que comienzo a cambiar alguna de las prioridades en mi lista de equipaje y añado sin esperarlo cuatro grapas en la cabeza, un vistoso moratón y lo más importante, una gran gratitud e ilusión por mi vida recién regalada. Será por eso que todo me parece hermoso, he aterrizado dispuesta a saborear cada momento. 

Estas viejas calles empedradas, tan estrechas algunas que abriendo los brazos acaricias ambos lados, la inmensa catedral que guarda tantos tesoros, o llegar ante el mausoleo que guarda los restos de Cristóbal Colón ha supuesto una emoción inmensa.
 Subir las treinta y cinco rampas que nos llevarán a lo más alto de la Giralda, donde saboreamos la mejor vista de la ciudad y el aire fresco que renueva nuestro espíritu. Viviremos horas intensas de exploración y libertad, noches inolvidables, las cena, el vino y muchas risas bajo una luna que lo envuelve todo.

Gente de todas las nacionalidades circulan a nuestro lado y miran con ojos exóticos. Mientras pronuncian lenguas extrañas, por momentos tengo la sensación de percibir los latidos del mundo.
 En los Reales Alcázares donde abundan estanques, fuentes, jardines... Aquí donde las musas campan a sus anchas por estancias y rincones evocadores de leyendas y poesía. Me recreo en la belleza de su contemplación y de los nombres que las preceden: Jardín de la danza, laberinto, jardín de los poetas, patio de las muñecas, gruta de los sultanes... Una mañana en el paraíso, con la mejor compañía que nadie pueda soñar, queda guardado en mi corazón.

A poca distancia de la ciudad se encuentran las ruinas de Itálica, que tiene sus antecedentes en el año 206 a.d.C. Tras de lo que se adivina como una gran labor arqueológica emerge una ciudad romana. Paseamos por calles donde se aprecia lo que un día fueron edificios residenciales, termales y donde emergen del fondo de la tierra que les cubrió tantos años esplendidos mosaicos con dibujos mitológicos y aves como la elegante rapaz que sobrevuela nuestras cabezas desde que llegamos a este museo a cielo abierto. Terminamos el recorrido jugando con el pasado mientras caminamos por la galería del Anfiteatro. Antes de salir como auténticos gladiadores a la arena, mientras en el cielo nuestra rapaz se eleva muy alto, me distrae su visión y pienso en los rostros de la gente que un día habitaron estas tierras; alguien debió con seguridad seguir con su mirada un baile semejante. Al regresar a su casa, ¿qué bebida tomaría para refrescarse? ¿Qué secretas composiciones se perdieron en el tiempo? Salimos buscando un lugar para el descanso, un refresco y un refugio bajo las ramas retorcidas de una vieja parra cargada de uva madura. 

El aire acude nuevamente fresco y se convierte de nuevo en el eslabón necesario para saborear las antiguas historias que acabamos de acariciar. Aún queda algo pendiente (sin ánimo de menospreciar al gran Antonio Machado), no querría abandonar la ciudad sin visitar la casa de Gustavo Adolfo Bécquer, ha sido mi petición al llegar. Un amable sevillano nos habla del Cristo del Gran poder y acudimos con devoción, pero no me atrevo a pedir nada,  ya me siento agradecida, sólo tomo asiento, respiro y lo observo. Pasamos como es tradición por detrás de la imagen para tocar su talón, salgo de aquí en paz y de camino al restaurante recomendado, mi cuñado Jaime me llama (estamos en la calle Conde de Barajas), -Eva, ¡mira la inscripción que lleva esa casa!-, allí leo: "En ésta casa nació Gustavo Adolfo Bécquer el 17  de febrero de 1836", cierro los ojos por la emoción, aquí nació el poeta que despertó en mí, y seguro en mis hermanos, los primeros sentimientos de amor a la poesía. Después de él llegarían otros muchos, distintos, pero esas emociones románticas de los primeros versos, se graban  en tu memoria y ahí se quedan para siempre.

El regreso nos devolvió a una nueva realidad, apenas unas horas para estar con mis niñas, que ya partieron hacia sus destinos lejos del hogar y sin poder evitarlo me siento triste cada vez que las veo marchar. El nuevo día amanece brillante y me siento mejor, pienso en Sevilla, en los momentos vividos, mis hijas en mi corazón. Sin saber por qué viene a mi mente una exposición que visité de Joaquín Sorolla en Valencia, llamada Visión de España. El célebre artista valenciano había elaborado  por encargo un recorrido por toda la geografía española para reflejar sus tradiciones. Acompañaban la obra pictórica algunas de las famosas cartas en las que aparecía el lado más afectivo del pintor, su mujer Clotilde García y su gran amigo y confidente Pedro Gil eran los destinatarios de estas misivas. En la exposición habían extraído fragmentos de éstas cartas y otros documentos relacionados con la obra que acompañaban a los cuadros dándoles un carácter más intimista. Los últimos lienzos del recorrido retrataban el ambiente sevillano, el baile, los patios, los toros, las procesiones, había captado sin duda la esencia de ese pueblo cargado de tradiciones, alegría y colorido. La exposición terminaba en la provincia de Valencia, la que considero mi tierra, no por nacimiento pero si por sentir. Al llegar al cuadro llamado las Grupas, Sorolla había escrito lo que en verdad sentí al ver la ciudad desde el cielo. Después de visitar la grandeza del territorio español vuelvo a mi tierra , no hay luz como la luz del Levante. 




 








 




























 











 



 














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