Cuando ya me había despedido del invierno, reaparece y se instala de nuevo por unos días. Con él regresan las prendas de abrigo, y lo más ventajoso, recupero la lumbre de la chimenea de la que ya me había despedido.
La calma se aloja en mi hogar por unos días y aquí junto a este crepitar de los leños candentes recupero las huellas que estos últimos paseos bajo la lluvia que empaparon mi espíritu.
Cubiertos por el paraguas que interrumpe el destino inevitable de las gotas y nos refugia. Me siento como los pájaros que ahora se guarecen bajo las copas de los árboles. Interrumpimos el espejo liso de los charcos que se deshace bajo nuestras pisadas y en el horizonte un cielo plomizo y una misteriosa luz contenida.
La calma se aloja en mi hogar por unos días y aquí junto a este crepitar de los leños candentes recupero las huellas que estos últimos paseos bajo la lluvia que empaparon mi espíritu.
Cubiertos por el paraguas que interrumpe el destino inevitable de las gotas y nos refugia. Me siento como los pájaros que ahora se guarecen bajo las copas de los árboles. Interrumpimos el espejo liso de los charcos que se deshace bajo nuestras pisadas y en el horizonte un cielo plomizo y una misteriosa luz contenida.
La lluvia además del frío, despierta la intensidad de los olores puros y los recuerdos dormidos, aquellos asociados a la melancolía y los aromas.
Todo guarda un estrecho vínculo, regresar a casa después de un paseo bajo, disponer de tiempo, la compañía mágica de la música y el ritual de encender las velas, el paisaje desde la ventana, el sonido de la lluvia que no cesa en el tejado, los sueños de esta noche... todo me lleva imperiosamente hacia
Todo guarda un estrecho vínculo, regresar a casa después de un paseo bajo, disponer de tiempo, la compañía mágica de la música y el ritual de encender las velas, el paisaje desde la ventana, el sonido de la lluvia que no cesa en el tejado, los sueños de esta noche... todo me lleva imperiosamente hacia
el nuevo relato donde ahora respiro y que dentro de muy poco compartiré.
Ramón Casas 1866 - 1932 |
Abro a la mañana de un blanco lunes...
Abro a la mañana de un blanco lunes
la ventana, y la calle indiferente
roba entre su luz y sus rumores
mi presencia infrecuente entre las hojas.
Este moverme... en días totalmente
fuera del tiempo que parecía consagrado
a mí, sin regresos ni paradas,
espacio lleno todo de mi estado,
casi prolongación de la existencia
mía, de mi calor, del cuerpo mío...
y se ha truncado... Estoy en otro tiempo,
un tiempo que dispone sus mañanas
en esta calle que yo miro, ignoto,
en esta gente fruto de otra historia
Paolo Pasolini (1922-1975)
Versión de Delfina Muschietti
No hay comentarios:
Publicar un comentario