Henryk Weyssenhoff (1859-1922) |
Tiene tan poco que hacer la hierba...
Un ámbito de sencillo verde,
tan solo criar mariposas
y agasajar a las abejas
y mecerse todo el día con melodías bellas
que las brisas traen de lejos;
guardar la luz del sol en su regazo
y hacer reverencia a todo.
Y ensartar perlas de rocío toda la noche
y ponerse tan bella:
poco fuera una duquesa
para tal reconocimiento.
E incluso cuando muere... irse
entre olores tan divinos
como especias humildes que se duermen,
o nardos marchitándose,
y luego, morar en graneros soberanos
y pasarse los días soñando.
Tiene tan poco la hierba que hacer.
Quién fuera heno ...
Emily Dickinson, escrito en 1862 y traducido por Diego Valverde Villena
Precioso poema, la hierba tiene tan poco que hacer, hace lo necesario, es su naturaleza.
ResponderEliminarFeliz año 2013, que se te cumplan todas tus metas.
Bienvenido a mi rincón, Francisco. Me alegra recibir tu visita y compartir nuestro amor a la poesía.
EliminarTodos mis mejores deseos para que este año que comienza sea tu mejor año.
Un abrazo, querido amigo.
Alas para volar, saberse arriesgar es esa incertudumbre que puebla muchos seres a no arriesgar y vivir vidas grises.
ResponderEliminarCreo que los colores se van dando al arriesgar.
Cariños
Lo verdaderamente importante es que continuemos aprendiendo y eligiendo sin miedo a equivocarse. La aventura siempre merece la pena.
EliminarUn abrazo, querida amiga.