Debemos escuchar al niño que fuimos un día y que existe dentro de nosotros. Ese niño entiende de instantes mágicos.
Paulo Coehlo
Entre tantas emociones que me trae siempre la fecha de mi cumpleaños la primera llega justo en el momento que precede al despertar, cuando todavía permanezco viajando por la tierra de los sueños. El único lugar donde aún me siento una niña, donde no existe el tiempo y mi mente goza de una absoluta libertad.
Aquí mi padre respira profundo el aire limpio que tanto amaba. Con su mirada y su eterna sonrisa me viene a felicitar. Las campanas de la plaza devuelven esta escena onírica al fondo de su lampara mágica y me despiertan, abro los ojos que con la emoción amanecen brillantes y cuando aún no he sido capaz de regresar escucho ese primer cumpleaños feliz del día en las voces más dulces del mundo, esas voces con la capacidad de borrar cualquier nostalgia, solo se detienen para llenarme de besos, tantos, tantos que ya estoy dispuesta a todo. Comprendo que nada funciona mejor que tener a quién te ama abrazándote.
Mi madre preparará hoy mi tarta favorita y soplaré mi 49...¿pero que estoy diciendo?, ¿tantos?
Hoy vienen "todos" a cenar, la familia al completo, cuando apenas han pasado unos pocos días desde la última celebración. Me espera una noche intensa, aunque reconozco que no me canso de mirarlos y quererlos. Están ahí, siempre a mí lado, para verme crecer y yo crecer con ellos.
Todavía con la sensación de haber viajado atrás en el tiempo, me levanto contenta, hada y princesa dispuesta a recibir, y recibo llamadas y muchas muestras de amor refrescante, esos milagros que solo la belleza consigue.
Hoy, día de mi cumpleaños, un día frío de invierno, sopla un viento fuerte y helado detrás de las ventanas, las golpea, parece querer entrar. Jorge y Eva me abrazan al salir, me encanta el olor que comparten, salen juntos al trabajo, los veo alejarse de la mano sus siluetas abrigadas y sus pasos a lo lejos tan parecidos, hasta la misma estatura,... me conmueve. Antes de llegar a perderlos de vista se vuelven y me despiden con la mano, saben que sigo ahí y me siento parte de este sueño.
Me pregunto si el día que vine al mundo hacía tanto frío como hoy, seguro que me sentiría tan calentita como me siento aquí junto a esta taza de café caliente mientras escribo estas líneas que comparto con vosotros. Hoy también os dejo uno de mis primeros regalos del día, otro que también me ha hecho llorar, parte de mis recuerdos, de mis paisajes, de mis canciones. Sin duda hecho con todo el amor del mundo. Todavía con la sensación de haber viajado atrás en el tiempo, salgo de este espectáculo que es mi vida y me emociono con el regalo, y todo el amor que mis hijas han puesto en él .
¿Estoy celebrando mi cumpleaños? ¿O simplemente la vida?
Eva
Eva: ¿estas de cumpleaños?.
ResponderEliminarSi es así Te deseo un feliz día y que seas muy feliz. Si no es así te deseo lo mismo.
Un abrazo amiga
Gracias Francisco, gracias por estar ahí.
EliminarUn abrazo, querido amigo.
¡¡Te deseo un muy feliz cumpleaños!!!! Aunque paseando por tu mágico "Mon collage" y viendo ese emocionante video comprendo que tienes los mejores regalos en casa.
ResponderEliminarSin duda celebras la vida, y te devuelve lo que tu le vas dando.
Un beso Eva!!!
Gracias Inma por tus deseos y gracias también por tu energía y tus palabras. Eres un amor.
EliminarUn fuerte abrazo, querida amiga.
¡Muy Feliz cumpleaños, querida amiga!
ResponderEliminarQue la bendición de Dios no se aparte de tu vida.
Un gran abrazo
Siempre contigo Clarissa, lejos pero tan cerca.
EliminarTodo mi cariño y gratitud, querida amiga.
Con todo cariño deseos que festejes el cumpleaños y.....LA VIDAAAAAA
ResponderEliminarUn abrazo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Que alegría recibir hoy tantas muestras de afecto. Crezco a vuestro lado.
EliminarEspero que hayas disfrutado de tus vacaciones.
Un abrazo, querida amiga.
Vuelvo a dejarte un regalo; un poema de Wislawa Szymborska. Espero que te guste
ResponderEliminarPuede ser sin título
Ocurre que estoy sentada bajo un árbol,
a la orilla del río,
en una mañana soleada.
Es un suceso banal
que no pasará a la historia.
No son batallas ni pactos
cuyas causas se investigan,
ni ningún tiranicidio digno de ser recordado.
Y sin embargo estoy sentada junto al río, es un hecho.
Y puesto que estoy aquí,
tengo que haber venido de algún lado
y antes
haber estado en muchos otros sitios,
exactamente igual que los descubridores
antes de subir a cubierta.
El instante más fugaz también tiene su pasado,
su viernes antes del sábado,
su mayo antes de junio.
Y son tan reales sus horizontes
como los de los prismáticos de los estrategas.
El árbol es un álamo que hace mucho echó raíces.
El río es el Raba, que fluye desde hace siglos.
No fue ayer cuando el sendero
se formó entre los arbustos.
El viento, para disipar las nubes
antes tuvo que traerlas.
Y aunque no sucede nada en los alrededores,
el mundo no es más pobre en sus detalles,
ni está peor justificado ni menos definido
que en la época de las grandes migraciones.
No sólo a las conjuras acompaña el silencio.
Ni sólo a los monarcas un séquito de causas.
Y pueden ser redondos no sólo los aniversarios,
sino también las piedras solemnes de la orilla.
Complejo y denso es el bordado de las circunstancias.
Tejido de hormigas en la hierba.
Hierba cosida a la tierra.
Diseño de olas en el que se enhebra un tallo.
Por alguna causa yo estoy aquí y miro.
Sobre mi cabeza una mariposa blanca aletea en el aire
con unas alas que son solamente suyas,
y una sombra sobrevuela mis manos,
no otra, no la de cualquiera, sino su propia sombra.
Ante una visión así, siempre me abandona la certeza
de que lo importante
es más importante que lo insignificante.
Un gran abrazo y que seas muy feliz
¡Que bella sorpresa! Me ha gustado tanto tu regalo y me ha resultado tan inspirador que creo que va ha dar pie a mi próxima entrada. Mil veces gracias!!
EliminarUn fuerte abrazo, querido amigo.